El cólera gana terreno en Haití
Los últimos datos del Ministerio de Sanidad haitiano cifran en más de 1.000 los fallecidos y 18.000 las hospitalizaciones por cólera, enfermedad que afecta ya a más de la mitad de las provincias del país, entre ellas Puerto Príncipe, donde más de un millón de personas viven sin servicios básicos hacinadas en 1.350 campos de refugiados.
Las Naciones Unidas ya han advertido de la gravedad de la emergencia: 200.000 personas podrían llegar a contagiarse en los próximos seis meses. Por eso ha pedido a la comunidad internacional de donantes casi 120 millones de euros en ayudas durante el próximo año para apoyar la contención de la epidemia.
Desde Foi et Joie (Fe y Alegría - Haití), socio de Entreculturas en el terreno, han manifestado su preocupación por los miles de niños y niñas que van a escuelas situadas dentro de los campos de refugiados, mucho más vulnerables al contagio: “Los padres de los alumnos están muy inquietos. La mayoría temen la propagación a nivel de las escuelas, que en su mayoría no tienen un sistema de agua potable para los niños”, declaran en un comunicado. En su campo de acción, nuestros colaboradores ya tienen un plan para sensibilizar a las comunidades sobre cómo evitar la transmisión de la enfermedad.

Un grupo de refugiados en el Jardín de Infancia de Fe y Alegría en Tabarre
El pánico desatado por el cólera, que ya describieron nuestros compañeros del Servicio Jesuita a Refugiados al principio de la epidemia, se suma a otros miedos y traumas que afectan al pueblo haitiano tras el terremoto del pasado 12 de enero y los huracanes de la semana pasada y de finales de septiembre. Foi et Joie, que trabaja desde hace meses en la creación y recuperación colegios, creación de cantinas escolares, formación técnica para los jóvenes y construcción de redes de caminos a los centros, teme que este clima afecte al desarrollo de los estudiantes, quienes “necesitan una atmósfera sana y una buena alimentación. Ahora, el mayor desafío del Ministerio de Educación es implantar en las escuelas un buen sistema sanitario, y sobre todo ayudar a los alumnos y alumnas a superar el miedo que les paraliza”, han declarado.
Escuelas: un lugar seguro para todos y todas
Las dificultades para conseguir que los niños y niñas haitianos ejerzan su derecho a la educación no acaban aquí. El huracán Tomas, que pasó por el país hace poco más de una semana, afectó severamente a muchos campos de desplazados. Según informan desde Fe y Alegría, Protección Civil trasladó a miles de familias de estos lugares a construcciones seguras, como las escuelas. Esto ha paralizado la actividad escolar en muchas zonas del país. Es el caso de Tabarre, donde los alumnos de Jardín de Infancia de Foie et Joie no pueden retomar el curso.
Muchas de las nuevas escuelas construidas por el socio de Entreculturas en el terreno han tenido que optar además por otro tipo de construcciones diferentes a las tradicionales de concreto o cemento armado, como por ejemplo las de madera con techo de lámina, para los niños y niñas afectados por el terremoto. Y es que éstos no pueden evitar el miedo a que edificios iguales a los destruidos por el seísmo se les vuelvan a caer encima. Fe y Alegría seguirá trabajando duramente para que consigan superar este trauma y continuar con su educación, la cual les permitirá, a su vez, ser útiles en el proceso de reconstrucción del país.
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