Entrevista: Rafael García, Director de Fe y Alegría - Bolivia

Fe y Alegría, con 450 centros educativos, lucha por mejorar las condiciones de sus alumnos, en un país donde el 13,9% de personas no sobrevive hasta los 40 años. Rafael García Mora, biólogo doctorado en Inglaterra, catalán convertido en boliviano cuando casi se van a cumplir sus tres décadas en el país latinoamericano, reflexiona sobre Evo Morales y otras cuestiones importantes para el desarrollo del país.

P. -¿Cómo inició su camino en Bolivia?

R.- Estuve en lo que llaman la Misión Rural, haciendo de campesino en un pequeño pueblo cerca de Barcelona. Ahí conocí gente de Bolivia, me invitaron a una comunidad guaraní para montar estaciones experimentales en lugares donde nunca se había hecho agricultura para ver qué tipo de cultivos se podían dar y en qué época. Montamos la primera estación, luego otra en el Altiplano, donde hicimos también invernaderos y por último otra en el valle alto de Cochabamba para frutales. Resultó muy interesante y me di cuenta de que podía ser más útil allí con los conocimientos que tenía que dando clases en la universidad así que decidí quedarme en Bolivia y ahora ya llevo 27 años.

P.- ¿Cómo es la Fe y Alegría de Bolivia?

R.- Fe y Alegría es muy grande en el país, tiene 450 centros educativos y uno 130.000 alumnos, tenemos a cargo nuestro un porcentaje muy elevado de la población estudiantil de Bolivia, es mucha responsabilidad y una gran oportunidad también. Cuando yo llegué a Fe y Alegría, era un trabajo distinto pero era un momento muy importante para Bolivia, y trabajar en la educación es la oportunidad de preparar a una generación para ese cambio que se avecina social y cultural.

P.- ¿Cómo viste en su momento la elección de Evo Morales y qué supone en materia educativa?

R.- En Bolivia lo que vimos al llegar es que había una diferenciación racial y cultural muy fuerte, en un país donde la mayoría de la población, un 62%, se autodefinía como perteneciente a una de las 72 etnias existentes en el país. Posiblemente ahora sería más porque entonces era algo negativo declararse indígena. Para nosotros resultaba inconcebible que un país excluyera a dos terceras partes de la población. Tenían dificultades para acceder a puestos de trabajo, a la universidad, incluso para entrar a la escuela militar (no podían pasar del grado de sargento), en los bancos se había estigmatizado y decían que tener un indígena en la puerta ahuyentaba a la población. Muchos indígenas optaban por cambiarse de apellido para poder acceder a los servicios.

Cuando yo fui a empadronarme me hicieron rellenar una ficha donde me preguntaban por el color del pelo, de los ojos y de la piel. Era una sociedad de la época de la colonia, los españoles fueron los que crearon esto cuando se vieron obligados a esclavizar a la gente para las minas. En otros lugares se trasladaron esclavos desde África, pero en este caso, la raza afro se adapta muy mal a la altura así que por ese motivo los españoles recurrieron a lo que era más fácil y más económico que era esclavizar a la población de allí.

Establecieron un sistema impositivo que se pagaba con personas: cada comunidad tenía que entregar al año un porcentaje de jóvenes en edad de trabajar para laborar en la mina. El contrato era por cinco años, la mitad de ellos o más morían porque las condiciones eran durísimas y los que sobrevivían estaban tan degradados de salud que no tenían fuerzas para regresar a la comunidad y acababan muriendo en los alrededores de la mina de Potosí.

Se trataba de convertir a un ser humano en una herramienta de trabajo, y eso fue el inicio de esta marginación, de esta desdignificación de la persona que se ha vivido en Bolivia durante muchos años. En algún momento tenía que terminar, y parece lógico que quien lo terminara fuera alguien surgido de este grupo, como es Evo Morales. Sus ascendentes eran aimaras.

P.- ¿Se ha acabado realmente la esclavitud en Bolivia?

R.- En Bolivia hay comunidades esclavizadas todavía, grandes terratenientes que tienen dentro de su propiedad a indígenas que les trabajan la tierra a cambio de nada: unas veces para poder cultivar un pedacito de tierra para su alimento, o que una vez al año les dan unos kilos de azúcar... Esto se ha mantenido hasta ahora, es una de los primeros conflictos que tuvo que enfrentar el gobierno de Morales. Es muy complicado liberar los esclavos, porque muchas veces la gente que ha estado viviendo esclavizada durante generaciones tampoco sabe vivir en libertad... Algunos eran liberados y volvían al patrón.

Nosotros que hemos trabajado para lograr que esta población indígena sea reconocida como ciudadano de primera, cuando ves que llega Evo Morales piensas que por fin ha llegado el momento del cambio. Era claro el apoyo, la esperanza.

Lo que ha hecho el gobierno es primero dignificar a la población indígena, reconociendo su danza, su vestimenta, su cultura, permitiéndoles participar en los desfiles, imponiendo como obligatorio el idioma de cada pueblo en su región ... Son medidas que han ayudado. Aparte de eso se hizo una campaña de alfabetización, quizá la más grande que hay en Bolivia. Los resultados son discutibles, porque hay que ver qué significa alfabetizados, son gente que llega a saber dibujar su firma... Pero aunque sólo sea eso ayuda mucho a la dignificación de la persona.

Les ha abierto la mente como para estudiar. Nosotros que estábamos con un programa para adultos de educación básica por radio hemos tenido una demanda enorme.

El gobierno montó un programa también para la pos-alfabetización, parecido al nuestro pero presencial.
En el tema de educación es interesante el bono que ha establecido. Un problema que teníamos en Bolivia era la deserción escolar, por diversas causas: por la distancia a la escuela, la pobreza, la ausencia de profesores que hacía que no les compensara caminar tres kilómetros para que luego no apareciera nadie...

Ahora han establecido el bono "Juancito Pinto" (un héroe de la guerra contra Chile), de unos 200 bolivianos, que consiste en que el niño que ha asistido a clase todo el año al final recibe un bono que es equivalente a lo que supone por ejemplo el dinero que necesitan para comprarse una bicicleta. Porque muchos de ellos ahora dicen "Es que tengo que ir a clase por mi bicicleta". Ha disminuido la deserción escolar muchísimo.

También se construyó mucha infraestructura escolar: alrededor de 5.000 escuelas nuevas públicas en este tiempo, se ha mejorado el sueldo de los profesores y por fin se ha podido establecer, a pesar de la oposición de los maestros, el examen de competencia para poder asumir la dirección de los centros escolares. Se ha visto que antes de esta medida algunos asumían la dirección del centro pero que hacía años que no habían estudiado nada de educación, que no tenían el nivel para ser directores pero estaban ejerciendo el cargo.

P.- En cuanto al tema sanitario, que siempre suele estar relacionado con la educación, ¿cómo se encuentra Bolivia?

R.- Con la ayuda de médicos cubanos que tienen muy buena preparación, se consiguió acercar el personal sanitario a todos los rincones del país. Son médicos que están acostumbrados a trabajar con muy pocos medios, con plantas medicinales e incluso llegaban a hacer operaciones simples con instrumental casi de la cocina. La gente estaba muy contenta. Han hecho operaciones de vista, la denominada Operación Milagro que ha llevado a cabo 450.000 operaciones de cataratas en estos años.
También se ha llevado a cabo la dotación de ambulancias (por parte del gobierno español) en cada municipio y la creación de muchos centros de atención primaria en el área rural.

También se ha creado otro bono, el llamado Juana Azurduy de Padilla, una heroína de la guerra contra los españoles, para acabar con el problema, muy grave en Bolivia, de la mortalidad materno-infantil. Las condiciones higiénico-sanitarias no eran las adecuadas, las madres no iban al médico, ni a hacerse controles, ni en el momento del parto, con lo cual muchas madres, 25 por cada mil, morían en el parto por tétanos, infecciones, hemorragias... y también un 5% de los niños que no llegaban al primer año de vida.

Entonces se creó una medida educativa para superar esto: el bono que consiste en que la madre, cada vez que va al médico recibe un subsidio. Tiene que ir por lo menos dos veces antes del parto y cuatro veces hasta que el niño cumple dos años. Es equivalente al valor de un bote de leche en polvo grande: unos 50 bolivianos. Este dinero era una manera de inyectar dinero en la sociedad de manera circulante porque no se la van a guardar en el banco sino que lo van a gastar en comida o ropa. Esto ha aumentado mucho el nivel económico del país. La gente gasta más, compra más...

P.- ¿En qué se ve ese crecimiento económico?

R.- El PIB está subiendo más del 4% anual, incluso con la crisis. Han mejorado mucho las exportaciones, no sólo de gas, sino en materia transformada. En Bolivia es buena la producción de ropa, zapatos y muebles de madera fina.

El ministro de economía que hay en Bolivia es bastante bueno, está entre los cuatro mejores ministros que ha habido, y es un indígena. Ha conseguido, no sólo triplicar el valor de las exportaciones, dando lugar a una balanza de pagos saneada y positiva, sino que ha aumentado las reservas del banco nacional de Bolivia por encima de lo que nunca habíamos tenido. Siempre en Bolivia habían estado en 2000, ahora tenemos 8700 millones de dólares.

P.- ¿En qué punto se encuentra la situación conflictiva antes de la llegada de Evo con las empresas españolas

Escándalo con la nacionalización de los hidrocarburos. Los grupos de izquierda critican que no fue una nacionalización, sino que fue un mejor negocio para ambas partes. Se firmó un único contrato en que las empresas petroleras, que se estaban quedando un 80% de los ingresos, pero estaban vendiendo gas a un dólar, cuando había subido. Evo lo que hizo fue negociar con el presidente de Argentina y de Brasil, los primeros compradores, para subir el precio del gas de un dólar a cinco dólares.

El acuerdo es que las empresas se quedan con el 40% de los ingresos y el Estado con el 60%, pero las empresas siguen ganando mucho más porque el precio ha subido. El tema que no han resuelto es lo que se llama la cláusula de reinversión: todos los pozos de petróleos, gas, con limitados, siempre los contratos que se hacen con terceros tienen el compromiso de que una vez se acabe ese pozo se comprometan a buscar otro. Los gobiernos anteriores que basaban todo su proyecto en atraer inversión extranjera, lideraron los contratos con las empresas como Repsol, de la cláusula de reinversión. Es un gran peligro porque se están acabando las reservas.

P.-¿Qué retos tiene por delante como nuevo director de F y A?

R.- Tenemos que mejorar la manera de comunicación interna. Es muy difícil la comunicación cuando hay muchos centros a los que no puedes llegar a pie. Es necesaria una capacitación informática urgente para poder llegar a la gente.

Es importante llegar a un nivel de hermanamiento con las instituciones estatales para ver cómo podemos colaborar en las estrategias educativas. Tenemos que tender también a descentralizarlo un poco, sobre todo los proyectos en la ciudad de La Paz, porque por ley ha aumentado mucho el presupuesto con el que cuentan los departamentos y los municipios.