Hasta siempre, Enrique

Cuando el año pasado Enrique nos invitaba a celebrar sus 60 años como jesuita decía que el acto desde luego no era un homenaje a su persona, siempre humilde consigo mismo y tan generoso con los demás, sino una forma de dar gracias al Señor por todas las tareas y encuentros que había tenido en este tiempo. Se sentía seguidor del Padre Llanos y la experiencia del Pozo le marcó siempre en su necesidad de volcar su afectividad, su cariño y su alegría en los más débiles.

Su vivencia de acompañamiento en la cárcel, en los entornos obreros, de comunidades cristianas populares, su labor pastoral fueron diferentes cauces donde brotaba su compromiso y su alegría. En su jubilación funda, junto con Fernández Martos, el Voluntariado de Marginación Claver y, posteriormente, vuelca su testimonio de vida en "su querido voluntariado Volpa".

 

Gastón González (SJM Chile): << Enrique García Alamán sj, maestro, compañero y entrañable amigo. Quienes tuvimos la suerte de conocerle sabemos cuánto perdemos y la falta que nos hará. E imaginamos su gozo al estar contemplando y en compañía de Jesús. Si no le hubiera conocido no estaría donde estoy ni haría las cosas como intento hacerlas hoy. Que Dios lo tenga entre las palmas de sus manos hasta que volvamos a encontrarnos>>.

 

Lourdes Valenzuela (Sede Central de Entreculturas): <<Cuando pienso en Enrique me sale mucho la expresión de "corazón grande"... porque en él cabía mucha gente y también cabían las alegrías y las penas de los demás, que el vivía intensamente como si fueran propias. "Alegrarse con los que se alegran y sufrir con los que sufren", si alguien encarnaba para mí esa frase del Evangelio era Enrique... También era cabezota, y a veces me sacaba de mis casillas... pero ¡como le vamos a echar de menos!>>.

Antonio Roldán (Voluntario Formación en Sede Central): <<Fue un luchador toda su vida, pero desde la serenidad y amor por los demás. Descanse en paz>>.

Sonia Jadraque (compañera de Enrique en Claver y en Entreculturas):<<Recuerdo los cursos de formación inicial a los nuevos voluntarios de Voluntariado Claver en el despacho de Maldonado. Hablaba de esos tres modos de pertenencia que definía como "seducción" (nunca volveré a ser la misma persona), "opción" (como acto voluntario tras haber pensado y elegido entre varias opciones) y "exploración" (durante el proceso de búsqueda... ensayo y error). Daba gusto verle, hasta los encuentros de Volpa últimos, casi 20 años después de lo que os comento, trabajando con el nuevo voluntariado con el mismo entusiasmo, la misma convicción y seguridad de que estaba donde tenía que estar, haciendo lo que quería hacer: acompañar personas en el proceso de descubrir al otro y descubrirse a uno mismo>>.

Mary Cruz y Bene: (VOLPAS en Nicaragua): <<Enrique... cercano, cariñoso, acogedor, afable... Cuando llegábamos los sábados a Madrid a la sesión de VOLPA, cansadas después de una semana de trabajo, con un buen madrugón y 300 km al volante, ahí estaba Enrique, recibiéndonos con una luminosa sonrisa, un cálido abrazo y su chispeante saludo: "¡aquí están las extremeñas!"... una buena inyección de ánimo para empezar la jornada VOLPA...">>. <<Siempre me recordaba la Eucaristía que celebró en el Pico Almanzor de la sierra de Gredos... ahora ha alcanzado la cima más alta de su vida y seguro que está sonriendo, aunque todos le echemos de menos>>.


Sonia Fernández (Técnico de Educación e Implantación Territorial en Extremadura): <<Enrique, una vida plena y colmada, que transmitía por todos los poros de su piel. Una fe inquebrantable que se plasmaba en cada conversación, en cada sonrisa. "¿Cómo un hombre ochentero puede tener tantísima vitalidad, fuerza, pasión por lo que hace, cercanía sin conocer...?" me preguntaba cada vez que lo veía. Está claro que Enrique era un hombre de Dios. Si hubiese muchos Enriques en nuestro mundo, sin duda, las cosas serían diferentes, viviríamos en un mundo más justo>>.

 

Ana Conejo, Alberto Medina, Merche (Delegación de Madrid):<<verdad que Enrique nos ha dejado un vacío grande en la delegación y en nuestros corazones, pero estamos alegres y con mucha esperanza y gratitud de haber conocido a esta linda persona cuyo testimonio y legado estará con nosotros ya para siempre. Le dedicamos este poema:

 

A Enrique

Y llegó, pues de todos es sabido,
La cita ineludible que no espera
Y en ella te aguardaba con anhelo
Tu Amigo, tu Señor, tu Compañero

En tus manos iba toda una vida
Que donaste incansable a los más pobres
Repartiendo tu amor y tu acogida,
Compartiendo su suelo y su indigencia

Fuiste feliz porque ese era tu sueño
Tu larga vida, plena de sentimientos
Para todos los que te conocimos
Fuiste un ejemplo, un amigo y un maestro

Quiero decirte más pero no puedo
No valgo nada
Un nudo se me hace en la garganta
Pero el grupo de amigos hoy presente

Esperan por mi boca despedirse
Del compañero, amigo fiel del voluntario activo,
Pionero de Volpa

Y aplaudirte gritando con cariño:

¡Adiós Enrique¡

 

Link relacionado: