Seis años de independencia en Sudán del Sur: educamos para la reconciliación
- Sudán del Sur
El sexto aniversario de la independencia de Sudán del Sur sigue estando marcado por la violencia e inestabilidad fruto de la guerra civil que estalló a finales de 2013. La esperanza ante la idea de un futuro pacífico tras su separación de Sudán parece ahora lejana: los últimos datos de Naciones Unidas indican que 1,9 millones de personas se han refugiado en países vecinos desde 2013 (principalmente en Uganda y Etiopía) y 1,9 millones de personas se han desplazado internamente a otras zonas del país. A esta situación crítica a causa de la guerra se suma la situación de hambre extrema que sufre la población. El pasado mes de febrero 4,9 millones de personas en Sudán del Sur necesitaban ayuda urgente de tipo alimentario; en la actualidad, esta cifra asciende a 6 millones de personas.
Entreculturas trabaja en Sudán del Sur con el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) desde hace más de 10 años atendiendo a la población más vulnerable. Maban es uno de los enclaves en los que estamos presentes, donde trabajamos con población refugiada (procedente de Sudán), desplazados internos y población local. Las principales acciones que llevamos a cabo son proyectos educativos (educación infantil, primaria, alfabetización básica para personas adultas, atención especial a estudiantes con algún tipo de discapacidad, etc.), apoyo psicosocial (ayudar a superar situaciones traumáticas que estos grupos de población han vivido) y actividades para fomentar la educación para la reconciliación y la paz entre los distintos grupos de población.
Desde Entreculturas, apostamos por la educación en situaciones de emergencia como motor de desarrollo y por eso trabajamos, junto con el JRS, día a día en Sudán del Sur. Estos son algunos de los rostros de las personas que participan en nuestros proyectos en Maban.
Estudiantes de escuela para desplazados internos en Huffra cantan durante la asamblea antes de volver a clase. Estos estudiantes tuvieron que huir de su pueblo natal, Jammam, en febrero de 2015 debido a los combates entre el gobierno y la oposición y hasta día de hoy no parece que puedan volver a sus tierras pronto.
FOTO: Albert González Farran /JRS
Estudiantes de escuela para desplazados internos en Huffra disfrutan de la clase que el profesor Benjamín les ha preparado.
FOTO: Albert González Farran /JRS
Lamke y su hija con parálisis cerebral haciendo ejercicios de fisioterapia en el centro del JRS en el campo de refugiados de Doro. Cada semana durante tres días las mamás vienen al centro con sus hijos o hijas para recibir formación, aprender técnicas básicas de atención a las personas con diversidad funcional y apoyarse mutuamente.
FOTO: Albert González Farran /AFP
Jóvenes practicando ejercicios de sanación en el centro del JRS en el campo de refugiados de Doro. Las actividades recreativas y artísticas son fundamentales para el desarrollo de los jóvenes y además les ofreces espacios de socialización que a menudo no encuentran en otros lugares.
FOTO: Albert González Farran /JRS
Sinar, exiliado en el campo de Doro, originario del pueblecito de Benamayo en el Nilo Azul, parece estar preguntándose hasta cuándo deberá vivir lejos de su tierra. Los ancianos a menudo viven la vida en los campos de refugiados con una gran nostalgia.
FOTO: Albert González Farran /JRS
Alvar Sánchez SJ y Rose, la directora de la escuela infantil de Gulawein, hablan con los alumnos durante la asamblea diaria antes de empezar las clases.
FOTO: Albert González Farran /JRS
Alumnas de la escuela infantil de Gulawein durante el recreo. Casi trescientos niños y niñas de la comunidad local reciben educación en esta escuela que empezó hace más de dos años bajo el árbol.
FOTO: Albert González Farran /JRS
El profesor, Isaiah Chol, enseñando a adultos sus primeras palabras en Inglés en el Centro Educativo Arrupe. El grupo, que empezó en febrero y al que Isaiah ha estado enseñando cada día, se graduó el 3 de julio.
FOTO: Albert González Farran /JRS